jueves

La Movida Perdida (Rock Indie en Valencia-Pekín en los 90) Parte III


Ya he evitado el tema por suficiente tiempo, pero ya va siendo hora de que me acerque al cierre de esta seríe de reseñas y no podía ser de otra forma que con Bell. Me di cuenta antes de comenzar a escribir este artículo que me era imposible, después de haberla conocido, poder hablar de manera distanciada de ella, manteniendo la aparente objetividad que he tenido hasta ahora con el resto los miembros del movimiento de aquella segunda mitad de la década de los 90 en Valencia-Pekín, algunos amigos y otros no tanto, pero ella, pues era de estás chicas muy especiales, un alma pura en medio del infierno, un ángel para tantos demonios.

Ana Belén Álvarez Hung, mejor conocida como Bell, artista por naturaleza, hija de la peculiar mezcla cultura que se había comenzado a gestar desde hacía dos décadas en la ciudad, quizás la única ciudad en el mundo que ha podido no solo integrar realmente a la cultura traída por inmigrantes chinos, si no también a su sangre, la sangre de un grupo que es mundialmente conocido por ser muy renuentes a formar familia con otros que no sean de “nuestra tierra”. Por allí escuche que resulta ser sobrina del reconocido y trágico pintor Venezolano El Chino Hung, lo que no pasa de ser una curiosa casualidad supongo, pero se suma a la leyenda urbana en torno a ella.

Ulisse y ella eran buenos amigos desde que estudiaron juntos en la escuela secundaria, y les puedo decir sin temor a equivocarme, aunque Ulisse nunca lo haya confesado públicamente, que se enamoró de ella a primera vista y que desde entonces ha seguido enamorado de ella. Si se era hombre, miento… si se es humano, hombre o mujer, era imposible no enamorarse de Bell, ella se volvía de extraña manera el secreto inconfesado de todos y que todos conocían. Le pasó a Ulisse, le pasó a Paranoid Android, le pasó al Chino Fu, era inevitable.

Pero Bell, a pesar de tener este gran y misterioso poder en sus manos, no abusaba de éste. Con su gran voz y talento para algunos instrumentos como el piano y el bajo, apoyo a las Vírgenes Inexistentes desde el comienzo. Pero su desenvolvimiento creativo era tal que era muy obvio que pronto Bell tomaría alas propias, y no fue si no después de mucho insistirle Ulisse y PA, e incluso yo que soñaba con diseñar la portada de un disco solo de ella, que finalmente, luego de los dos primeros albums de las Vírgenes Inexistentes que se decidió.

El album “Lo Desconocido” surgió de esta insistencia por parte de sus amigos para que Bell grabara su disco solitario, comenzaron a grabarla en secreto cuando improvisaba letras y canciones, en el estudio, e incluso una que otra maroma en vivo de esas que dejaron maravillados y por siempre marcados a aquellos pocos que pudimos verlas en las veladas del Enratado Bar. Se mostró indignada al ver en cuantas de esas grabaciones ella no estaba conciente de que se estaba registrado su voz (incluso hubo un breve pleito fuerte con Paranoia Android ), pero finalmente accedió a las insistencias y comenzó a crear sus propias composiciones a partir de muchas de esas grabaciones clandestinas. Bell poco después del lanzamiento del primer disco confesaría “No fue por pena o por creer que mi música o mis ideas no eran lo suficientemente buenas como para incluso hacer un disco, es que ya de por si me divierto tanto estando junto con las Vírgenes, ¿que para qué en verdad?, y para mi la música ya estaba hecha en mi cabeza y no necesitaba más, eran mis amigos quienes querían oírla. A la larga tuve que ceder. No sin antes darle un buen golpe en la cabeza a Paranoia y a Uli por necios”.

Puso una mano sobre mi pierna
y desde allí todo comenzó a girar
no sabía se saldría a volar o si solo estaba a punto de vomitar.


Puedes parecerles tontas e ingenuas estas líneas de la canción “En el Cine”, la primera del album, pero con la música suave de solo el piano y la voz de Bell, y además grabado en un cine abandonado de la ciudad (que tristemente luego fue comprado y tomado por los evangélicos del Brasil) para que el eco de la sala vacía diera la textura espiritual necesaria a la canción, esta música hacía sentir mariposas en la panza hasta al más cínico que la escuchara. Era así como la grabación del disco en algunos casos se volvió todo un performance, por que de las grabaciones de video de este uso que se le dio al cine surgió el primero video musical de Bell. Lo cierto es que las tertulias que se formaron fuera en la antesala del cine comenzaron a incomodar a Bell luego de dos días de grabación, y decidió volver al estudio y al trabajo en el garage de la casa de su hermano, el cual era un músico retirado debido a un accidente que lo dejo casi sordo y que amablemente le prestaba todo sus equipos a ella.

Si, se vuelve largo este artículo, pero es que hay tantas anécdotas que contar, pero debo pasar a mi resumen del album, lo sé. Lo Desconocido era realmente lo que nunca se había oído en esta movida de Valencia-Pekín, cierto es que otros miembros sacaron proyectos propios en los que mostraron más su personalidades fuera del centro del movimiento que era el grupo de las VI, pero Bell era distinta, no se trataba del humor negro de PA, o el hedonismo desbocado en la divertida electrónica del DJ FU, si no de una voz nacida de un amor sincero y puro al mundo y a la vida en todos sus detalles, hasta el más insignificantes. De hecho eran tantos estos detalles hecho música que el disco terminó con 10 canciones de corte, por decisión de la propia Bell, pero fue como editar un reportaje de un 19 (la edad de Bell en ese entonces) años de fotografías en una edición única de 10 páginas. Así que lo Desconocido no solo es un album mucho más intimo, si además continuo e “inconcluso”, algo que le daba un aire de humanidad sutil, porque el disco era tan imperfecto y humano como nosotros quienes lo oíamos, y por eso era perfecto.

Aún falta hablar de un album más, el póstumo, pero para ello es obligatorio hablar de las circunstancias que marcaron el destino de Bell, y este momento se me hace imposible, así que lo dejaré para otra entrega, espero sean pacientes, prometo culminar mi reseña.

A. Leal "El Artista invisible" 2007